Le province più colpite dalle tempeste sono quelle costiere di Guayas, Los Rios, Manabí, Esmeraldas, Santa Elena ed El Oro

Quito, 22 febbraio 2024 – Almeno sei persone sono morte e più di 27.000 sono state colpite dalle forti piogge che si sono abbattute dal 29 gennaio in Ecuador: lo si legge nell’ultimo rapporto della Segreteria per la Gestione del Rischio (Sgr).

La Sgr ha inoltre segnalato 295 persone colpite, 50 abitazioni distrutte e altre 5.401 abitazioni con danni minori, oltre a 17,99 chilometri di strade e 35 ponti danneggiati (4 distrutti) dall’esondazione dei fiumi o dalle frane. Un totale di 102 infrastrutture educative e sanitarie sono state colpite dalle tempeste, cosi’ come 1.135,27 ettari di coltivazioni. Dal 29 gennaio a oggi, il servizio di gestione dei rischi ha registrato 567 eventi pericolosi in 23 delle 24 province del Paese, principalmente legati a inondazioni (62,08%), frane (19,75%), crollo di strutture (8,11%), smottamenti (3%), frane (3%) e subsidenza (1,59%).

Le province in cui si è registrato il maggior impatto delle tempeste sono quelle costiere di Guayas, Los Rios, Manabí, Esmeraldas, Santa Elena ed El Oro; anche se eventi significativi sono stati segnalati anche nelle tropicali Santo Domingo de los Tsáchilas e Ande Bolívar. L’Istituto nazionale di meteorologia e idrologia (Inamhi) ha mantenuto fino a ieri uno stato di minaccia meteorologica tra “alto e molto alto” per la presenza di piogge e temporali di forte intensita’, con maggiore enfasi sulla regione costiera, soprattutto ai piedi della cordigliera andina.

Tuttavia, l’allerta per le precipitazioni si estende a tutto il Paese, comprese le regioni andine, amazzoniche e le isole Galapagos, 1.000 chilometri a ovest della costa continentale del Paese. Secondo Inamhi, “questo scenario e’ dovuto, tra gli altri fattori, all’elevata temperatura superficiale del mare al largo delle coste dell’Ecuador (El Nino)”, nonche’ all’impatto della cosiddetta zona di convergenza intertropicale.

Al menos 6 muertos y 27.000 personas afectadas por fuertes lluvias en Ecuador

Las provincias más afectadas por las tormentas son las provincias costeras de Guayas, Los Ríos, Manabí, Esmeraldas, Santa Elena y El Oro.

Quito, 22 de febrero de 2024.- Al menos seis personas han muerto y más de 27.000 han resultado afectadas por las fuertes lluvias que azotan a Ecuador desde el 29 de enero: así se afirma en el último informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos (Sgr).

La SGR también informó de 295 personas afectadas, 50 viviendas destruidas y otras 5.401 viviendas con daños menores, así como 17,99 kilómetros de carreteras y 35 puentes dañados (4 destruidos) por crecidas de ríos o desprendimientos de tierra. Un total de 102 infraestructuras educativas y sanitarias se vieron afectadas por las tormentas, así como 1.135,27 hectáreas de cultivos. Desde el 29 de enero hasta hoy, el servicio de gestión de riesgos ha registrado 567 eventos peligrosos en 23 de las 24 provincias del país, principalmente vinculados a inundaciones (62,08%), deslizamientos de tierra (19,75%), colapso de estructuras (8,11%), deslizamientos (3%), deslizamientos (3%) y hundimientos (1,59%).

Las provincias en las que se registró el mayor impacto de las tormentas son las costeras de Guayas, Los Ríos, Manabí, Esmeraldas, Santa Elena y El Oro; aunque también se han reportado eventos importantes en el tropical Santo Domingo de los Tsáchilas y Ande Bolívar. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) mantuvo hasta ayer un estatus de amenaza meteorológica entre “alta y muy alta” por la presencia de fuertes lluvias y tormentas eléctricas, con mayor énfasis en la región costera, especialmente en las estribaciones de la cordillera de los Andes. .

Sin embargo, el aviso de lluvias se extiende a todo el país, incluidas las regiones andina y amazónica y las islas Galápagos, a 1.000 kilómetros al oeste de la costa continental del país. Según el Inamhi, “este escenario se debe, entre otros factores, a la alta temperatura superficial del mar frente a las costas de Ecuador (El Niño)”, así como al impacto de la llamada zona de convergencia intertropical.