Crisi senza precedenti e rischi per energia e agricoltura

Il Brasile affronta gli effetti della peggiore siccità registrata negli ultimi 80 anni.
Lo rivela uno studio del Centro nazionale per il monitoraggio dei disastri naturali (Cemaden) pubblicato dal portale G1.
L’indagine descrive uno scenario di crisi per 17 dei 27 stati del Paese tra fiumi a secco in Amazzonia e città soffocate da incendi e monossido di carbonio al centro e al sud.

Per risalire a una crisi simile bisogna tornare, secondo gli esperti, al 1940.

Ad oggi 3.800 municipi hanno dichiarato lo stato di emergenza e – considerate le previsioni – per il Cemaden la situazione potrebbe ulteriormente peggiorare a settembre.

E se aumentano le preoccupazioni per un calo della produzione di energia idroelettrica e il rischio di blackout a causa dei livelli estremamente ridotti nei bacini idrici delle centrali, l’agricoltura fa già i conti con enormi perdite.
Gli eventi climatici estremi, in cui rientrano le inondazioni nel Rio Grande do Sul e la siccità nel resto del Paese, hanno causato – secondo la Confederazione nazionale dei municipi (Cnm) – perdite per almeno 6,6 miliardi di real (1,1 miliardi di euro) all’agribusiness brasiliano nel 2024, tra danni strutturali o di impatto sulle attività agricole e zootecniche.

Sequía récord en Brasil

Crisis y riesgos sin precedentes para la energía y la agricultura

Brasil enfrenta los efectos de la peor sequía registrada en 80 años.
Así lo reveló un estudio del Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (Cemaden) publicado por el portal G1.
La investigación describe un escenario de crisis para 17 de los 27 estados del país entre ríos secos en el Amazonas y ciudades asfixiadas por incendios y monóxido de carbono en el centro y sur.

Para rastrear una crisis similar, según los expertos, debemos remontarnos a 1940.

Hasta la fecha, 3.800 municipios han declarado el estado de emergencia y, teniendo en cuenta las previsiones, para Cemaden la situación podría empeorar aún más en septiembre.

Y mientras crece la preocupación por una disminución en la producción de energía hidroeléctrica y el riesgo de apagones debido a los niveles extremadamente bajos en los embalses de las centrales eléctricas, la agricultura ya está sufriendo enormes pérdidas.
Los fenómenos climáticos extremos, que incluyen las inundaciones en Rio Grande do Sul y la sequía en el resto del país, han provocado – según la Confederación Nacional de Municipios (Cnm) – pérdidas de al menos 6,6 mil millones de reales (1,1 mil millones de euros) al agronegocio brasileño en 2024, incluidos daños estructurales o impactos en las actividades agrícolas y ganaderas.