Max e Valentina, gli unici superstiti del drammatico incidente che gli ha portato via mamma, papà e una sorella, hanno trascorso una giornata alla caserma dei vigili del fuoco che quella terribile notte erano sul posto.

Milano, 9 giugno 2021 – Ieri i due fratelli sopravvissuti al tragico incidente del 5 dicembre sulla tangenziale ovest all’altezza di Assago, hanno potuto vivere una giornata speciale, assieme ad alcune delle persone che quella sera risposero alla chiamata della centrale: i vigili del fuoco del distaccamento di Pieve Emanuele.

Loro, Maximiliano di 16 anni e Valentina di 10 anni, originari dell’Ecuador, stanno cercando di riprendere a vivere, dopo che in una sera come tante, con tutta la famiglia in viaggio, un’auto ha tamponato la loro strappando la vita a tutta la loro famiglia: mamma , papà e la sorella. Con loro la zia Karen, che fin dal primo momento si è divisa tra gli ospedali di Bergamo e Milano, dove erano ricoverati i due fratelli in condizioni disperate.

Ieri zia Karen con i suoi due nipotini, ormai come figli, hanno visitato la caserma, hanno provato l’ebbrezza di salire sui mezzi, hanno pranzato con i vigili del fuoco. Un incontro tanto atteso fra baci abbracci, lacrime, tanti piccoli doni e anche una donazione, frutto di una raccolta fondi fra i pompieri del distaccamento.

A un certo punto, mentre si pranzava, Max “ma voi che emozioni provate in questi casi?”. Gli ha risposto Antonio Protopapa, capo squadra del turno D che quella sera intervenne sull’incidente mortale: “mai e poi mai le emozioni possono interferire con l’operato, ma quando tutto è finito e senti che l’adrenalina che hai in circolo inizia a calare, incominci a realizzare. Vivi le emozioni ma devi necessariamente metterle da parte per poter continuare a lavorare”.

E spiega ancora: “Non tutti gli interventi sono uguali, ognuno di questi è differente, pur se
classificato nella stessa tipologia. Nella maggior parte degli interventi metti in campo le tecniche apprese e il tutto finisce lì, ma alcuni ti coinvolgono profondamente. È il caso di quell’incidente stradale della sera del 5 dicembre avvenuto sulla tangenziale ovest, dove il destino ha deciso la sorte di mamma, papà e una sorellina, e di Valentina 10 anni e Maximiliano 16, unici due superstiti. Ricordo bene quella sera di pioggia battente, quando la sala operativa ci chiese di intervenire. Ci comunicarono che all’interno della vettura c’erano dei bambini. E li cominci a sentire l’adrenalina che sale. Non perdiamo la concentrazione continuando a organizzare la mia squadra per l’arrivo in posto e a attribuire i compiti, prospettando uno scenario che fino a quando non vedi, puoi solo immaginare. Arriviamo insieme ai colleghi di Cuoco, con Max Poncina con i suoi “ragazzi”. Mentre verifichiamo insieme lo scenario che appare subito molto complesso, i ragazzi delle due squadre approntano le centraline con cesoie e divaricatori. Per liberare uno dovevi prima liberarne un altro».

Benjamin Rolando Franco Cevallos e Maria Fernanda Macas Miranda: ecuadoregni a Milano da 20 anni, dipendente di una ditta di spedizione lui e casalinga lei, erano padre e madre di tre figli. Una famiglia distrutta nel giro di pochi secondi, il 5 dicembre 2020 alle 20 di sabato sera in Tangenziale Ovest: il tamponamento, la lora Honda Jazz che si gira e finisce di traverso sulla corsia di sorpasso, una Bmw che non riesce a frenare in tempo trovandosi un’auto in mezzo alla carreggiata e la centra in pieno.

“Ieri – conclude il capo squadra – finalmente abbiamo conosciuto i nostri due piccoli eroi, sì, perché in questo caso gli eroi sono loro, per quel che hanno dovuto affrontare e per quel che hanno dovuto e devono sopportare”.

 

Los niños ecuatorianos huérfanos y los bomberos que le salvaron la vida

Max y Valentina, los únicos sobrevivientes del dramático accidente que se llevó a mamá, papá y hermana, pasaron un día en la estación de bomberos que estaba en el lugar esa terrible noche.

Milán, 9 de junio de 2021 – Ayer, los dos hermanos que sobrevivieron al trágico accidente del 5 de diciembre en la carretera de circunvalación oeste cerca de Assago, pudieron vivir un día especial, junto con algunas de las personas que respondieron a la llamada desde la estación esa noche: fuego del destacamento de Pieve Emanuele.

Ellos, Maximiliano de 16 años y Valentina de 10, originaria de Ecuador, están tratando de volver a la vida, después de que una noche como tantas otras, con toda la familia en la carretera, un auto chocó contra el suyo, desgarrando la vida de toda su familia: mamá, papá y hermana de 12 años. Con ellos su tía Karen, que desde el primer momento estuvo dividida entre los hospitales de Bérgamo y Milán, donde los dos hermanos fueron hospitalizados en condiciones desesperadas.

Ayer la tía Karen con sus dos nietos, ahora como niños, visitaron el cuartel, vivieron la emoción de subir a los vehículos, almorzaron con los bomberos. Un encuentro tan esperado entre besos, abrazos, lágrimas, muchos pequeños obsequios e incluso una donación, fruto de una recaudación de fondos entre los bomberos del destacamento.

En cierto momento, mientras almorzaba, Max “pero ¿qué emociones sientes en estos casos?”. Antonio Protopapa, líder del equipo del turno D, quien esa noche habló sobre el fatal accidente, respondió: “nunca, nunca, las emociones pueden Interfieres con el trabajo, pero cuando todo termina y sientes que la adrenalina en tu circulación comienza a bajar, comienzas a darte cuenta. Vive las emociones pero necesariamente debes dejarlas a un lado para seguir trabajando ”.

Y vuelve a explicar: “No todas las intervenciones son iguales, cada una de ellas es diferente, aunque clasificados en la misma tipología. En la mayor parte de las intervenciones ponen en práctica las técnicas aprendidas y todo termina ahí, pero algunas te involucran profundamente. Este es el caso de aquel accidente de tráfico en la tarde del 5 de diciembre que tuvo lugar en la circunvalación oeste, donde el destino decidió el destino de mamá, papá y una hermana pequeña, y de Valentina 10 años y Maximiliano 16, los dos únicos supervivientes. Recuerdo bien esa tarde de lluvia torrencial, cuando la sala de operaciones nos pidió que interviniéramos. Nos dijeron que dentro del auto habían niños. Y ahí empiezas a sentir que sube la adrenalina. No perdemos la concentración al seguir organizando a mi equipo para la llegada al sitio y asignando tareas, ofreciendo un escenario que hasta que no veas, solo podrás imaginar. Llegamos junto a los compañeros de Cuoco, con Max Poncina y sus “muchachos”. Mientras verificamos juntos el escenario que de inmediato parece muy complejo, los chicos de los dos equipos preparan las unidades de control con tijeras y retractores. Para liberar a uno primero había que liberar a otro ».

Benjamín Rolando Franco Cevallos y María Fernanda Macas Miranda: Ecuatorianos en Milán desde hace 20 años, él era empleado de una naviera y ella era ama de casa, eran padre y madre de tres hijos. Una familia destruida en cuestión de segundos, el 5 de diciembre de 2020 a las 20 horas del sábado por la noche en la Tangenziale Ovest: la colisión por alcance, el Honda Jazz que gira y termina transversalmente en la vía rápida, un BMW que no frena a tiempo encuentra un auto en medio de la calzada y lo golpea bien.

“Ayer -concluye el líder del equipo- conocimos por fin a nuestros dos pequeños héroes, sí, porque en este caso son los héroes, por lo que tuvieron que afrontar y por lo que debieron y deben soportar”.