Un gruppo di ricercatori ha scoperto il meccanismo molecolare che lega l’avanzare dell’età con il rischio di sviluppo della malattia, dando nuove speranze per il miglioramento delle terapie. I risultati sulla rivista Circulation

 

Milano, 25 ottobre 2023 – Secondo i risultati di una recente ricerca, a collegare l’invecchiamento del cuore con l’emergere dello scompenso cardiaco e dell’ipertrofia cardiaca associata è un cambio disfunzionale del metabolismo dell’organo, che lo lascia senza l’energia necessaria per pompare il sangue a pieno regime. Nello studio, pubblicato sulla rivista Circulation Research, i ricercatori hanno identificato un interruttore che governa questo cambio di metabolismo e hanno dimostrato che inibendo la sua azione è possibile, almeno negli studi di laboratorio, migliorare la funzionalità del cuore.

La ricerca è stata coordinata da Gianluigi Condorelli, direttore del Cardio Center di Humanitas, responsabile del Laboratorio di Immunologia e Infiammazione nelle Malattie Cardiovascolari e professore ordinario di Humanitas University, in collaborazione con Roberto Papait professore associato all’Università dell’Insubria.

Scompenso cardiaco: se il cuore rimane senza carburante

Lo scompenso cardiaco è una patologia molto diffusa e invalidante: ci convivono in Italia 600.000 persone, una ogni dieci sopra i 65 anni di età, e costituisce, nei paesi industrializzati, la principale causa di disabilità e di morte nelle persone anziane.

Sebbene esistano oggi diverse terapie in grado di rallentare la progressione della malattia – come gli ACE-inibitori, i sartani, gli antialdosteronici o i beta-bloccanti – la ricerca di nuove soluzioni terapeutiche più efficaci è una delle principali sfide in cardiologia, a cui sono dedicati diversi progetti e diversi laboratori di Humanitas.

«Grazie agli studi condotti negli ultimi vent’anni si è progressivamente compreso che alla base dello scompenso cardiaco c’è un problema di energia: il cuore scompensato è un cuore che è rimasto senza carburante – spiega il prof. Gianluigi Condorelli -. Questo è ancora più rilevante se si pensa che il cuore è uno degli organi più energivori dell’organismo, insieme al cervello e ai muscoli. Per contrarsi in media 60 volte al minuto, irrorando di sangue ogni millimetro del nostro sistema vascolare, ha bisogno di tantissima energia».

Non a caso, molti dei farmaci utilizzati per il trattamento dello scompenso cardiaco – come gli ACE-inibitori o i beta-bloccanti – funzionano perché permettono al cuore di risparmiare energia, utilizzando meglio le risorse energetiche ridotte a causa della malattia. Ma che cosa causa questa riduzione delle energie disponibili? E perché questo rischia di accadere con maggiore probabilità durante l’invecchiamento?

La ricerca svela uno dei regolatori del bilancio energetico del cuore

Si chiama p300 ed è un cosiddetto potenziatore genico. I potenziatori genici sono dei regolatori del comportamento delle cellule, perché la loro presenza aumenta la probabilità che alcuni geni vengano attivati.

In particolare, secondo i risultati dello studio pubblicato su Circulation Research, p300 – la cui attività viene intensificata durante l’invecchiamento – altera il metabolismo delle cellule del cuore, simulando una condizione di ridotto apporto di ossigeno alle cellule e spostando il loro fabbisogno energetico sul consumo degli zuccheri: una fonte energetica meno efficiente, che lascia il cuore senza l’energia di cui ha bisogno, contribuendo all’insorgere dello scompenso cardiaco.

Per mettere alla prova questa ipotesi, i ricercatori hanno provato a spegnere l’azione di p300 tramite un inibitore e hanno ottenuto un parziale recupero della funzionalità cardiaca. Sebbene si tratti di uno studio limitato per ora ai modelli di laboratorio della malattia, i risultati ottenuti aprono nuove strade per la ricerca sul trattamento dello scompenso cardiaco.

«Sebbene l’invecchiamento costituisca la causa primaria di scompenso cardiaco, la spiegazione di questo legame ha eluso a lungo medici e ricercatori. Oggi conosciamo un tassello in più di questo puzzle complesso: invecchiando, le cellule del cuore modificano il proprio metabolismo energetico in modo svantaggioso. Questo è il primo passo per sviluppare nuove terapie che riducano il rischio di scompenso cardiaco in anzianità», afferma il prof. Roberto Papait.

Insuficiencia cardíaca: por qué el riesgo aumenta con la edad

Un grupo de investigadores ha descubierto el mecanismo molecular que une la edad avanzada con el riesgo de desarrollo de la enfermedad, dando nuevas esperanzas para la mejora de las terapias. Los resultados de Circulation

Milán, 25 de octubre de 2023 – Según los resultados de una investigación reciente, para conectar el envejecimiento del corazón con la aparición de insuficiencia cardíaca e hipertrofia cardíaca asociada es un cambio disfuncional en el metabolismo del órgano, que lo deja sin la energía necesaria para bombear la sangre a pleno rendimiento. En el estudio, publicado en la revista Circulation Research, los investigadores identificaron un interruptor que gobierna este cambio en el metabolismo y mostraron que inhibiendo su acción es posible, al menos en estudios de laboratorio, mejorar la funcionalidad del corazón.

La investigación fue coordinada por Gianluigi Condorelli, director del Centro Cardio de Humanitas, responsable del Laboratorio de Inmunología e Inflamación en Enfermedades Cardiovasculares y profesor ordinario de la Humanitas University, en colaboración con Roberto Papait, profesor asociado de la Universidad de Insubria.

Insuficiencia cardíaca: si el corazón se queda sin combustible

La insuficiencia cardíaca es una patología muy extendida e incapacitante: conviven en Italia 600.000 personas, una de cada diez mayores de 65 años, y constituye, en los países industrializados, la principal causa de discapacidad y muerte en las personas mayores.

Aunque hoy en día existen varias terapias que pueden ralentizar la progresión de la enfermedad – como los inhibidores de la ECA, los sastres, los antialdosteronos o los betabloqueantes – la búsqueda de nuevas soluciones terapéuticas más eficaces es uno de los principales desafíos en cardiología, a los que se dedican varios proyectos y diferentes laboratorios de Humanitas.

«Gracias a los estudios realizados en los últimos veinte años se ha comprendido progresivamente que en la base de la insuficiencia cardíaca hay un problema de energía: el corazón descompensado es un corazón que ha quedado sin combustible – explica el prof. Gianluigi Condorelli -. Esto es aún más relevante si se piensa que el corazón es uno de los órganos más energéticos del organismo, junto con el cerebro y los músculos. Para contraerse en promedio 60 veces por minuto, irrigando de sangre cada milímetro de nuestro sistema vascular, necesita mucha energía».

No en vano, muchos de los fármacos utilizados para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca – como los inhibidores de la ECA o los betabloqueantes – funcionan porque permiten al corazón ahorrar energía, utilizando mejor los recursos energéticos reducidos debido a la enfermedad. Pero, ¿qué causa esta reducción de las energías disponibles? ¿Y por qué es más probable que esto ocurra durante el envejecimiento?

La investigación revela uno de los reguladores del balance energético del corazón

Se llama p300 y es un potenciador genético. Los potenciadores genéticos son reguladores del comportamiento de las células, ya que su presencia aumenta la probabilidad de que algunos genes se activen.

En particular, según los resultados del estudio publicado en Circulation Research, p300 – cuya actividad se intensifica durante el envejecimiento – altera el metabolismo de las células del corazón, simulando una condición de suministro reducido de oxígeno a las células y desplazando sus necesidades energéticas sobre el consumo de azúcares: una fuente de energía menos eficiente, que deja al corazón sin la energía que necesita, contribuyendo a la aparición de la insuficiencia cardíaca.

Para poner a prueba esta hipótesis, los investigadores intentaron apagar la acción de p300 a través de un inhibidor y obtuvieron una recuperación parcial de la función cardíaca. Aunque se trata de un estudio limitado por ahora a los modelos de laboratorio de la enfermedad, los resultados obtenidos abren nuevas vías para la investigación sobre el tratamiento de la insuficiencia cardíaca.

«Aunque el envejecimiento es la principal causa de insuficiencia cardíaca, la explicación de este vínculo ha eludido durante mucho tiempo a médicos e investigadores. Hoy conocemos una pieza más de este complejo rompecabezas: al envejecer, las células del corazón modifican su metabolismo energético de una manera desventajosa. Este es el primer paso para desarrollar nuevas terapias que reduzcan el riesgo de insuficiencia cardíaca en la vejez», afirma el Prof. Roberto Papait.