Roma, 6 maggio 2024 – Inaugura domani martedì 7 maggio a Roma “Presagio”, prima personale in Italia di Wynnie Mynerva.

A cura di Alessio Antoniolli e realizzata in partnership con Gasworks di Londra, la mostra, visibile fino al 3 novembre presso la Fondazione Memmo, è composta da un nucleo di opere realizzate dall’artista peruviana in Italia.

A partire dalla convivenza con una malattia cronica e guidata dalle suggestioni del pensiero esoterico e della magia – intesi come strumenti per restituire alle persone la fiducia nelle proprie forze – Mynerva si è confrontata con il corpo per porlo al di fuori della semplice distinzione binaria tra malato e sano. Con riferimento alla scrittrice Susan Sontag, che ha definito il corpo e ”le sue metafore”, rivestite di simboli culturali e politici, l’artista ha deciso di dare vita a un universo cosmico dove l’essere umano – “un holobite”, secondo la definizione di Lynn Margulis – è visto come un’entità ecologica itinerante, collegata a tutto ciò che la circonda. Piuttosto che confrontarsi con la malattia fisica in sé, l’artista cerca di dare forma a un modo autentico per rapportarsi ad essa attraverso la convivenza e la strutturazione di un universo creativo che rinnovi le energie di coloro che stanno affrontando una malattia sociale. Per l’artista, il corpo diventa il tramite fondamentale attraverso cui comunicare l’esigenza rinnovata di coniugare ideale e materiale, alto e basso. A partire dall’approfondimento della storia e dei cicli di affreschi più noti della città, Mynerva ha indagato il suo rapporto con Roma, lavorando sulla creazione di un ambiente immersivo in grado di trasportare chi vi entra in un universo nuovo. Questa geografia è espressa attraverso un lessico pittorico dove le parti del corpo proliferano al di là di nomi ed etichette, inventando anatomie fluide per alludere a un ecosistema più ampio. In mostra, ogni corpo viene trasformato così in un sistema in grado di ospitare nuovi abitanti e nuovi scenari, esaltando le differenze e la valorizzazione della coesistenza universale.

Per ‘Presagio’, Mynerva ha organizzato gli spazi della Fondazione Memmo in maniera narrativa. Nella prima sala alcuni disegni a carboncino su carta introducono figure e torsioni di corpi in luce e ombra. Nella seconda, il punto di vista è ribaltato da quattro tele di forma circolare, simili a grandi rosoni, contenenti corpi sensuali che giocano con la corrispondenza tra parti del corpo e sistema planetario, ricreando gli apparati digestivo, respiratorio, nervoso e muscolare. Appese al soffitto, le tele sono in grado di trasportare la visione su un piano cosmico e divino, innalzando lo sguardo a un cielo blu cobalto. Da queste immagini di contaminazione e simbiosi, il percorso culmina nell’ultima sala, uno spazio raccolto in cui una serie di sculture in vetro soffiato appaiono come piccoli tesori brillanti, ricreando esseri amorfi, metà piante, metà animali, metà umani. È in questo modo che Wynnie Mynerva immagina un microcosmo in cui la pittura, fatta di luci e ombre e di strati densi di colore, manifesta l’apertura verso un nuovo futuro, mescolandosi alla natura e all’universo. 

Roma: Mañana se inaugura la exposición “Presagio” del artista peruano Wynnie Mynerva

En la Fundación Memmo hasta el 3 de noviembre

Roma, 6 de mayo de 2024 – “Presagio”, la primera exposición individual de Wynnie Mynerva en Italia, se inaugura mañana martes 7 de mayo en Roma.

Curada por Alessio Antoniolli y creada en colaboración con Gasworks de Londres, la exposición, visible hasta el 3 de noviembre en la Fundación Memmo, está compuesta por un núcleo de obras creadas por la artista peruana en Italia.

Partiendo de la convivencia con una enfermedad crónica y guiada por las sugerencias del pensamiento esotérico y de la magia – entendidas como herramientas para restaurar la fe de las personas en sus propias fuerzas – Mynerva se enfrentó al cuerpo para situarlo fuera de la simple distinción binaria entre enfermo y sano. Refiriéndose a la escritora Susan Sontag, que definió el cuerpo y ”sus metáforas”, recubiertas de símbolos culturales y políticos, la artista decidió dar vida a un universo cósmico donde el ser humano – “un holobita”, como lo define Lynn Margulis: es vista como una entidad ecológica viajera, conectada con todo lo que la rodea. Más que afrontar la enfermedad física en sí, el artista busca dar forma a una forma auténtica de relacionarse con ella a través de la convivencia y la estructuración de un universo creativo que renueva las energías de quienes enfrentan una enfermedad social. Para el artista, el cuerpo se convierte en el medio fundamental a través del cual comunicar la renovada necesidad de combinar ideal y material, alto y bajo. A partir de un estudio en profundidad de la historia de la ciudad y de los ciclos de frescos más conocidos, Mynerva investigó su relación con Roma, trabajando en la creación de un entorno inmersivo capaz de transportar a quienes entran a un nuevo universo. Esta geografía se expresa a través de un léxico pictórico donde las partes del cuerpo proliferan más allá de nombres y etiquetas, inventando anatomías fluidas para aludir a un ecosistema más grande. En la exposición, cada cuerpo se transforma así en un sistema capaz de albergar nuevos habitantes y nuevos escenarios, potenciando las diferencias y valorando la convivencia universal.

Para ‘Presagio’, Mynerva organizó los espacios de la Fundación Memmo de forma narrativa. En la primera sala unos dibujos al carboncillo sobre papel introducen figuras y giros de cuerpos en luces y sombras. En el segundo, el punto de vista se invierte mediante cuatro lienzos circulares, similares a grandes rosetones, que contienen cuerpos sensuales que juegan con la correspondencia entre las partes del cuerpo y el sistema planetario, recreando los sistemas digestivo, respiratorio, nervioso y muscular. Colgados del techo, los lienzos consiguen transportar la visión a un plano cósmico y divino, elevando la mirada a un cielo azul cobalto. A partir de estas imágenes de contaminación y simbiosis, el recorrido culmina en la última sala, un espacio recogido en el que una serie de esculturas de vidrio soplado aparecen como pequeños tesoros brillantes, recreando seres amorfos, mitad plantas, mitad animales, mitad humanos. Es así como Wynnie Mynerva imagina un microcosmos en el que la pintura, hecha de luces y sombras y densas capas de color, manifiesta una apertura hacia un nuevo futuro, mezclándose con la naturaleza y el universo.