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Firenze: un anno senza la piccola Kataleya

Oggi ricordiamo con tristezza un anno dalla scomparsa di Kata, la piccola peruviana che viveva nell’ex hotel Astor a Firenze

Firenze, 10 giugno 2024 – Alle 15.32 del 10 giugno 2023, esattamente un anno fa, Kata scende la scala esterna dell’hotel Astor: a distanza di un anno, e’ ancora quella l’ultima immagine della bimba peruviana misteriosamente scomparsa dall’albergo occupato di Firenze. Dodici mesi di ricerche. L’impegno di tre magistrati della procura di Firenze e dei migliori reparti dell’Arma dei carabinieri e’ massimo. La procura di Firenze segue 4 piste principali: Traffico di droga, racket delle stanze all’ex hotel Astor, scambio di persona, possibili abusi a sfondo sessuale, ha spiegato nei giorni il procuratore capo, Filippo Spiezia.

Con l’indagine ancora aperta: formalmente, sono indagati i due zii, quello materno, Abel Argenis Vasquez, e quello paterno Marlon Chicclo. Avevano la custodia della bimba quel giorno, un sabato, mentre la mamma, Katherine Alvarez Vasquez, era fuori a lavoro e il padre, Manuel Romero Chicclo, era detenuto a Sollicciano. Ma nell’inchiesta si sono vagliate tantissime ipotesi: da una vendetta nei confronti della famiglia, a un regolamento dei conti nell’ambito del ‘racket delle stanze’ in cui lo zio Abel e’ uno degli imputati in un procedimento parallelo. Gli inquirenti hanno persino preso in considerazione l’ipotesi dello scambio di bambina e fatto interrogatori fino in Perú, nella speranza che qualcuno parlasse. Ma Kata sembra sparita nel nulla. L’hanno cercata perfino i cacciatori di Calabria, reparto dei carabinieri specializzati nella ricerca di latitanti e vittime di sequestri, scandagliando ogni anfratto dell’immobile che nel settembre del 2022 era stato occupato da famiglie peruviane e romene. Un’occupazione nata come risposta ‘sociale’ all’annoso problema della casa per chi non puo’ permettersela ma con i mesi divenuta un pericoloso focolaio di criminalità. Una manciata di giorni prima della scomparsa della piccola peruviana, bande rivali si erano affrontate con i bastoni per contendersi le camere e alimentare un presunto business sommerso: in quella notte di tumulti, un occupante ecuadoregno si gettò da una finestra al terzo piano per sottrarsi alle botte. È questo il contesto in cui il 10 giugno Kata scompare. La telecamera che la inquadra mentre scende la scala esterna non la riprenderà più. Oggi c’è la certezza che Kata, che lo scorso aprile ha compiuto sei anni, è stata portata via da lÍ dentro ma non si sa come. Naufragata anche l’ipotesi che sia stata messa dentro una valigia: in tre borsoni sospetti, non è stata trovata traccia del suo dna. Così come non è mai arrivata una segnalazione utile, un avvistamento, un’indicazione, nonostante la sua immagine, capelli mori, occhietti vispi, sia finita ovunque.  

Lettera alla città del cappellano Nunez Rubio dei sudamericani immigrati

“Oggi ricordiamo con tristezza un anno dalla scomparsa di Kataleya, la piccola peruviana che viveva nell’ex hotel Astor, che ancora non è tornata dalla sua famiglia, che per questo vive in grande pena per lei. In questi mesi sono proseguite senza sosta le indagini e la ricerca della bambina. Tanti si stanno adoperando per ritrovarla, e di questo siamo riconoscenti, la nostra fiducia e il nostro incoraggiamento sono con ognuno di loro. Non possiamo arrenderci e dobbiamo sostenere la ricerca della verità, perché Kataleya possa tornare a casa sua, con i suoi affetti”. Lo afferma, in una lettera, padre Juan Manuel Nunez Rubio, cappellano della Comunità Cattolica Latinoamericana di Firenze e vicedirettore dell’Ufficio de Migrantes, ad un anno dalla scomparsa della piccola Kataleya. “Come Chiesa fiorentina non abbiamo mai smesso di pregare per Kataleya, facciamo nostra la sofferenza dei più poveri e soprattutto dei più indifesi, i bambini – afferma il sacerdote – Una volta appresa la notizia della scomparsa della piccola Kata, il cardinale Giuseppe Betori, in ogni celebrazione con il popolo fiorentino, non ha mai dimenticato di rivolgersi al Signore per lei, e di porre attenzione sul fatto che le occupazioni, fatte da persone che non riescono a trovare un alloggio, generano situazioni di marginalità, condizioni pericolose in cui si consumano tragedie come la scomparsa della bambina”. “Cara Kataleya, manteniamo viva la fiamma della speranza, fino ad oggi siamo stati perseveranti e pazienti e continueremo ad esserlo, confidiamo sempre di riaverti con noi. I tuoi genitori, insieme a tutti noi, pregano e preghiamo per te – scrive infine padre Juan Manuel Nunez Rubio – Conservo il desiderio che un bambino ha espresso a Papa Francesco sabato 11 maggio 2024, quando il Papa ha chiesto: ”Ma se la felicità non si compra come posso essere felice?”. Le risposte sono state queste: ”Quando tutti stanno bene”, ”Quando facciamo pace”; questo è il mio augurio e anche il mio desiderio, che possiamo stare tutti bene, vivendo e costruendo la pace, tutti fratelli”.

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Hoy recordamos con tristeza un año de la desaparición de Kata, la pequeña niña peruana que vivía en el antiguo hotel Astor de Florencia

Florencia, 10 de junio de 2024 – A las 15.32 horas del 10 de junio de 2023, hace exactamente un año, Kata baja la escalera exterior del hotel Astor: un año después, ésta sigue siendo la última imagen de la joven peruana que desapareció misteriosamente del hotel ocupado en Florencia. Doce meses de investigación. El compromiso de tres magistrados de la fiscalía de Florencia y de los mejores departamentos de los Carabinieri es máximo. La fiscalía de Florencia sigue cuatro pistas principales: tráfico de drogas, extorsión en las habitaciones del antiguo hotel Astor, confusión de identidad y posibles abusos sexuales, explicó hace unos días el fiscal jefe, Filippo Spiezia.

Con la investigación aún abierta: formalmente, los dos tíos están bajo investigación, el materno, Abel Argenis Vásquez, y el paterno, Marlon Chicclo. Tenían la custodia de la niña ese día, sábado, mientras su madre, Katherine Álvarez Vásquez, estaba en el trabajo y su padre, Manuel Romero Chicclo, estaba detenido en Sollicciano. Pero en la investigación se examinaron muchas hipótesis: desde una venganza contra la familia hasta un ajuste de cuentas en el contexto del ‘truco de habitación’ en el que el tío Abel es uno de los acusados ​​en un proceso paralelo. Los investigadores incluso tomaron en consideración la hipótesis del intercambio del niño y llevaron a cabo interrogatorios hasta en Perú, con la esperanza de que alguien hablara. Pero Kata parece haber desaparecido en el aire. Incluso los cazadores de Calabria, un departamento de los Carabinieri especializado en la búsqueda de fugitivos y víctimas de secuestros, la buscaron, registrando todos los rincones de la propiedad que en septiembre de 2022 había sido ocupada por familias peruanas y rumanas. Una ocupación que nació como respuesta “social” al antiguo problema de la vivienda para quienes no pueden permitírsela, pero que con el paso de los meses se ha convertido en un peligroso foco de delincuencia. Unos días antes de la desaparición del pequeño peruano, bandas rivales se habían peleado a palos para competir por habitaciones y alimentar un supuesto negocio clandestino: aquella noche de disturbios, un ocupante ecuatoriano se arrojó desde una ventana del tercer piso para escapar de la golpeando. Este es el contexto en el que Kata desaparece el 10 de junio. La cámara que la muestra mientras baja la escalera exterior ya no la filmará. Hoy hay certeza de que a Kata, que cumplió seis años el pasado mes de abril, lo sacaron de allí pero nadie sabe cómo. También fracasó la hipótesis de que fue colocado dentro de una maleta: no se encontró rastro de su ADN en tres bolsas sospechosas. Así como nunca llegó un informe útil, un avistamiento, un indicio, a pesar de que su imagen, cabello oscuro, ojos vivaces, terminó por todas partes.

Carta a la ciudad del capellán Núñez Rubio de los inmigrantes sudamericanos

“Hoy recordamos con tristeza un año de la desaparición de Kataleya, la pequeña peruana que vivía en el ex hotel Astor, quien aún no regresa con su familia, quien por eso vive con un gran dolor por ella. En los últimos meses las investigaciones y la búsqueda de la pequeña Muchos están trabajando para encontrarla, y estamos agradecidos por ello, nuestra confianza y aliento están con cada uno de ellos no podemos rendirnos y debemos apoyar la búsqueda de la verdad, para que Kataleya pueda. volver a casa suya, con sus afectos”. Así lo afirma en una carta el padre Juan Manuel Núñez Rubio, capellán de la Comunidad Católica Latinoamericana de Florencia y subdirector de la Oficina de Migrantes, un año después de la desaparición de la pequeña Kataleya. “Como Iglesia florentina nunca hemos dejado de orar por Kataleya, hacemos nuestro el sufrimiento de los más pobres y sobre todo de los más indefensos, los niños – afirma el sacerdote – Una vez que conoció la noticia de la desaparición de la pequeña Kata, el cardenal Giuseppe Betori, en cada celebración con el pueblo florentino, nunca se olvida de acudir al Señor por ella y de llamar la atención sobre el hecho de que las ocupaciones, realizadas por personas que no pueden encontrar alojamiento, generan situaciones de marginalidad, Condiciones peligrosas en las que ocurren tragedias como la desaparición de la niña.” “Querida Kataleya, mantengamos viva la llama de la esperanza, hasta hoy hemos sido perseverantes y pacientes y lo seguiremos siendo, esperamos siempre tenerte de regreso con nosotros. Tus padres, junto con todos nosotros, rezamos y rezamos. para ti – escribe finalmente el padre Juan a Manuel Núñez Rubio – Conservo el deseo que un niño expresó al Papa Francisco el sábado 11 de mayo de 2024, cuando el Papa le preguntó: ”Pero si la felicidad no se puede comprar, ¿cómo puedo ser feliz?” Las respuestas fueron estas: ”.’Cuando todos estemos bien”, ”Cuando hagamos la paz” este es mi deseo y también mi anhelo, que todos podamos estar bien, viviendo y construyendo la paz, todos hermanos”.

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